Una de las primeras aplicaciones que surgieron en la primitiva Internet fue el correo electrónico o E-Mail, y ya desde sus comienzos se mostró como una herramienta de enorme utilidad y aceptación. Un E-Mail es el equivalente electrónico de una carta convencional con el formato de dirección usuario@dominio.extensión y con la particularidad de que para enviarla y recibirla se necesita una serie de dispositivos (normalmente un ordenador, una conexión a internet y un sistema de correo desde el que podamos acceder a nuestro “buzón electrónico”). Si pensamos además que una vez recibidos los mensajes, podemos proceder a leerlos y contestarlos cuando más nos convenga (a diferencia de una llamada telefónica, por ejemplo) y que el tiempo que tarda en llegar el mensaje es normalmente muy reducido, se podría llegar a pensar que es muy similar al fax, y esto es cierto, pero el Mail tiene muchas más ventajas, algunas de ellas son:
Enviar un mail conlleva sólo el coste de la conexión a internet (normalmente llamada local o equivalente), independientemente de la ubicación física del destinatario, no así un fax, ya que no cuesta lo mismo enviar un escrito al edificio de enfrente que a Madrid ni mucho menos que a Australia.
Es reseñable que un E-Mail puede enviarse con copias a diferentes destinatarios sin que para ello haya que establecer diferentes llamadas como ocurre con el fax, para ello se tienen, además del campo “Para”, el “CC” (Con Copia). Además, el mail incorpora el campo “BCC” (Con Copia a Ciegas), que permite enviar a un destinatario una copia del mensaje sin que los demás puedan ver que lo recibe, ya que su dirección no es visible. El uso del campo BCC es muy recomendable para realizar envíos a diferentes personas que no se conocen para preservar las identidades y direcciones de E-Mail. Ocultando las direcciones evitamos que puedan terminar en manos de alguien que las use para realizar envíos no deseados (fenómeno conocido como Spam).
A diferencia de un fax convencional, los E-Mails recibidos pueden ser modificados y reenviados sin mayor dificultad. También es posible enviar adjuntos como imágenes, documentos y programas, a diferencia del fax. Precisamente el hecho de poder mandar ficheros ha provocado la proliferación de E-Mails con virus que se autopropagan infectando ordenadores (es muy recomendable instalar siempre las últimas actualizaciones del programa de correo empleado), por ello, antes de abrir cualquier adjunto hay que comprobar su contenido con un antivirus actualizado, eliminando el envío en caso de duda. Es preferible solicitar el reenvío a ser infectado.
Es posible firmar los correos para poder comprobar si ha sido alterado y mediante sistemas criptográficos se pueden cifrar los mensajes de tal manera que su contenido sólo pueda ser visto por el emisor y el destinatario.
El E-Mail ya se ha consolidado como una herramienta básica en la vida de muchas empresas y particulares, y será cada vez más y más utilizado por el gran público, al tiempo que se aumentarán los servicios y prestaciones de esta “veterana” aplicación de Internet.
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