En los últimos años hemos visto como nuevos servicios, que hasta entonces considerábamos casi como patrimonio exclusivo de la ciencia ficción, entraban en nuestras vidas. Es el caso de la televisión digital, el “pay per view” o pago por visión de eventos deportivos y películas, las videoconferencias con sonido e imagen en movimiento, navegar por una red mundial llamada Internet donde se puede encontrar virtualmente de todo y a través de la cual podemos acceder a un número creciente de servicios cada vez más útiles, cómodos, multimedia e interactivos como banca electrónica, reserva de entradas de cine y billetes de avión, juegos en red usando un ordenador o una moderna consola contra adversarios que quizá estén en las antípodas y un larguísimo etcétera. Otros están todavía por venir, por ejemplo el vídeo bajo demanda (equivalente a elegir una película en un videoclub pero sin salir de casa), televisión interactiva, telemedicina (intercambio de información médica), televigilancia (ubicar una o varias cámaras en un determinado lugar, por ejemplo una obra o una fábrica, y enviar por Internet estas imágenes en movimiento -restringiendo su visualización sólo al personal autorizado- para poder monitorizar desde cualquier parte del mundo lo que ocurre delante de las cámaras con un coste realmente bajo), interconectar distintas oficinas de una misma empresa separadas geográficamente para que puedan compartir ficheros y recursos sin emplear (costosas) líneas dedicadas, etc.
Estos servicios, a pesar de ser en mayor o menor medida diferentes entre sí, tienen algo en común: todos pueden verse en último término como intercambio de información que puede ser convertida, procesada y transmitida por un sistema digital. Éstos son cada vez más complejos y necesitan mayores y mayores velocidades de transmisión para satisfacer las necesidades de los usuarios, tanto empresas como particulares (comunicaciones de “banda ancha”).
Como medios de transmisión más adecuados para estos servicios de “banda ancha” tenemos las tan anunciadas líneas ADSL (a través de la línea telefónica “clásica”) que en la actualidad se emplean sólo para acceder a Internet (si bien hay proyectos en desarrollo para transmitir también televisión) y sobre todo el cable (fibra óptica), empleado por diferentes operadores para llevar hasta nuestros hogares (si ya llegan hasta nuestra puerta) televisión, Internet y telefonía. En este caso, la operadora en cuestión se encuentra con que por un lado debe realizar un muy importante desembolso económico para montar su infraestructura de red y por otro debe esperar bastantes meses si no años antes de poder disponer de ella y llegar a todo su público potencial.
Con vistas a paliar o al menos reducir estos inconvenientes, surgen los sistemas LMDS (Local Multipoint Distribution Service).LMDS es una tecnología para comunicaciones inalámbricas de banda ancha a muy alta frecuencia (Banda Ka) por radio en la que los receptores no se mueven una vez instalados –a diferencia de la telefonía móvil, por ejemplo-, tiene un esquema punto-multipunto y con la que se consigue una alta velocidad comparable a la que se puede alcanzar con fibra óptica. A diferencia de las tecnologías basadas en cable, los sistemas LMDS se pueden instalar muy rápidamente (sin levantar calles o abrir zanjas), manteniendo además una estructura muy modular que permite al operador una ampliación progresiva en función de las necesidades de sus clientes. Podría verse, a modo de ejemplo y con salvedades, como una emisora de radio comercial: la central (operador) emite y los abonados reciben, si bien en nuestro caso en lugar de música podemos recibir telefonía, televisión, Internet y otros servicios avanzados de banda ancha (telemedicina, videoconferencia, etc.) y además –esto es importante- con una comunicación bidireccional: los abonados no son meros receptores sino que se pueden comunicar con la central que les corresponde a la misma alta tasa de transmisión con la que ellos reciben. Es por ello que se dice que es una comunicación simétrica, a diferencia de la conexión a Internet por ADSL (Asymmetrical digital subscriber line) y de algunas modalidades de acceso a Internet por cable en las que las tasas de envío y recepción no son iguales (Asimétricas), siendo normalmente la capacidad de recepción mayor que la de transmisión (se prima la descarga de datos frente al envío).
La estructura de la red es celular, es decir, el territorio a cubrir se divide en “células” de varios kilómetros de radio (el diámetro depende de las frecuencias empleadas). Los centros base se denominan hubs y están interconectados entre sí. La antena receptora puede ser de dimensiones muy reducidas y es fácil de instalar. Los sistemas LMDS pueden emplearse tanto en núcleos urbanos para evitar tener que abrir las calles (o para dar servicio mientras se abren, antes de que el operador tenga completa su red) como en áreas rurales, donde por razones económicas no resulte rentable el tendido de cable (ni de teléfono convencional). Actualmente para estas zonas se está empleando el TRAC (Telefonía rural de acceso celular) pero éste sólo permite llamar por teléfono. Con LMDS se podría tener no solo acceso a Internet sino también todos los servicios que el cable ahora y en el futuro ofrezca.
Para el operador es muy ventajosa esta tecnología, ya que una vez definida la base de la red para un determinado grupo de usuarios dentro de una cierta demarcación, la expansión de la red (y por lo tanto los costes ) están directamente relacionados a la contratación de nuevos clientes, de forma que cuando nuevos clientes contratan servicios, se instalan los equipos necesarios para soportarlos añadiendo células si es preciso, o dicho de otra manera, los gastos de expansión van acompañados y son compensados por los ingresos. También en sentido contrario: cuando un abonado se da de baja simplemente habrá que reorganizar la ubicación de los equipos hacia otro lugar, es decir, el cambio de abonados de un operador a otro no constituye un problema si se emplea LMDS .
En España hay 8 empresas que han obtenido licencia para ofrecer servicios por LMDS: Skypoint, First Mark, Abranet, Uni2, Retevisión, Broadnet, Banda 26 y Aló Comunicaciones. Ésta última ofrece acceso a Internet (de momento ni telefonía ni televisión) por LMDS en diferentes ciudades, entre las que ya se encuentra Vigo. Contratando este servicio en un edificio, oficinas o domicilio particular, instalarían una antena por la que se reciben (y envían) datos desde y hacia Internet con velocidades simétricas comprendidas entre 512 Kbps y 1536 Kbps dependiendo de la modalidad elegida.
Esta conexión excede las necesidades actuales del usuario particular medio (y de muchas empresas) que con cable (si está disponible) o una ADSL de 256Kbps de recepción y 128 Kpbs de envío (la versión más sencilla) tienen suficiente, si bien se perfila como de gran interés para compañías con grandes necesidades de conexión (o ubicadas en zonas de difícil acceso) o grupos de oficinas que deseen compartir una salida a Internet. En edificios residenciales también sería posible instalar un enlace compartido para todos los inquilinos, si bien para ello haría falta instalar una red local interna (bien física, bien inalámbrica) para que los ordenadores de las viviendas pudieran estar conectados a Internet, lo que complica su implantación.
En definitiva, se trata de un sistema de comunicaciones inalámbricas de “banda ancha” muy interesante tanto para los operadores, ya que permite explotar su red antes de finalizar el tendido de cable, como para los usuarios que necesiten grandes velocidades de transmisión, ya que les proporciona un sistema equivalente al cable fácil de instalar y a precios razonables.
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