La tecnología nos está permitiendo acceder a posibilidades hasta hace poco impensables. Hace unos años ¿quién nos iba a decir que tendríamos un completo sistema de navegación en el coche?, ¿que podríamos visitar una página en Internet desde la que poder visualizar imágenes de satélite de nuestra ciudad (e incluso recorrer sus calles y reconocer tiendas y vehículos aparcados)?, ¿que podríamos compartir en segundos las fotografías recién hechas (sin necesidad de revelarlas) con nuestros amigos de Australia sin tener que mandarlas por correo postal y esperar a que llegue la carta? ¿Y que si nos apetece escuchar una canción, podemos descargarla en cuestión de minutos, copiarla a nuestro MP3 y disfrutarla sin levantarnos del sillón? Son hechos que ya vemos como cotidianos pero que hace unos años eran pura ciencia ficción.