Las empresas y organizaciones son cada vez más conscientes no solo de la importancia de tener una web corporativa diseñada para su público objetivo, sino de que ésta esté bien posicionada en los buscadores en general y en Google en particular (en España es el más utilizado con diferencia).
No es suficiente con tener una página repleta de servicios e informaciones. Los potenciales clientes deben poder encontrarla fácilmente en Internet y para ello es necesario aparecer en la primera página de resultados de los motores de búsqueda (idealmente entre los tres primeros y lo mejor, es, por supuesto, estar en el primer puesto).
Google utiliza un algoritmo secreto que tiene en cuenta distintos parámetros a la hora de generar la lista de resultados. Es importante matizar que no es posible pagar (a Google) para aparecer arriba de todo. La única manera de salir en una mejor posición es optimizar la web para que a Google “le guste más”. Esto se lleva a cabo utilizando diferentes técnicas SEO (Search Engine Optimization – Optimización para motores de búsqueda).
Cuando se construye la web hay una serie de buenas prácticas y estrategias que se deben seguir para optimizar su posicionamiento. No son un extra como algunas empresas intentan vender para facturar más, adornando esta opción con bonitas palabras, es algo tan necesario en una página como que tenga el logotipo corporativo o un formulario de contacto, por ejemplo.
De vez en cuando recibo correos de supuestos profesionales o empresas que garantizan que pueden posicionar mi web en Google de primera (sin saber ni cuál es o de qué trata). La pregunta lógica más sencilla que se puede hacer uno al leer eso es ¿Y si también se lo ofrecen a mi competencia, cómo lo pueden lograr? Por eso los llamo cariñosamente los “modernos vendedores de crecepelo”. Que una web aparezca muy arriba conlleva trabajo, esfuerzo y tiempo en base a una estrategia que un profesional debe elaborar y ni siquiera así se puede estar 100 % seguro de que se llegará a lograrlo ya que depende también de otros factores como la competencia, por ejemplo.
Por eso los llamo cariñosamente los “modernos vendedores de crecepelo”. Que una web aparezca muy arriba conlleva trabajo, esfuerzo y tiempo en base a una estrategia que un profesional debe elaborar
Además, aparecer el primero hoy, con una cierta consulta, no garantiza que siga siendo así mañana pues Google, de vez en cuando, modifica ligeramente su algoritmo e incluso en ocasiones lo cambia en profundidad. Por tanto, siempre debe haber alguien especializado (en la organización o fuera de ella) que vele por el posicionamiento de la página. Es un trabajo constante.
En ocasiones se desea promocionar en Internet un producto, servicio, empresa, etc. Para ello, Google tiene un programa de publicidad llamado AdSense, que permite pagar para aparecer entre los resultados de una búsqueda en los que Google llama “Enlaces patrocinados” (diferentes de los comentados anteriormente). Estos se muestran, con un fondo ligeramente amarillo, encima de los resultados “naturales” y/o en una columna a la derecha de éstos. En este caso, de una manera simplificada, se podría afirmar que cuando más estemos dispuestos a pagar cuando alguien busca unas ciertas palabras, más arriba aparecerá el enlace entre los resultados patrocinados. Es el marketing en buscadores web (SEM – Search engine marketing).
Es importante distinguir entre los dos tipos de resultados: los “normales”, fruto del algoritmo de Google, y los de pago. En ocasiones esto genera algo de confusión y de ahí surge la creencia popular de que es posible pagar para aparecer de primero en Google.
Siempre conviene recordar que una web exitosa debe ser una combinación de un diseño adecuado con los servicios necesarios pensando en el público objetivo, con actualizaciones frecuentes y optimizada para buscadores.
1 Responses to Las claves de una página web exitosa