Desde hace unos años el mundo de las impresoras 3D se ha popularizado. ¿En qué consiste la impresión 3D? La verdad es que es casi magia, pues en esencia crea un objeto real a partir de unos planos en formato electrónico, exactamente igual que se puede generar un documento en una impresora convencional pero con al particularidad de que es en tres dimensiones.
¿Qué se puede imprimir? Pues casi todo…
Desde hace ya bastantes años, esta opción está disponible en el mundo de la industria y otros sectores profesionales, pero los precios de los dispositivos están bajando y ya empiezan a ser asequibles para (casi) todos los bolsillos. Hoy en día ya se pueden encontrar impresoras 3D por unos 1.000 € o menos. Es posible que, además de en entornos profesionales, se empiecen a usar en todos los sectores poco a poco, incluso en casa.
Existen de distintos tipos y las más utilizadas son las de extrusión (usando termoplásticos como ABS o PLA, un polímero biodegradable) como por ejemplo el Fusion Deposition Modeling (FDM) o Fused Filament Fabrication (FFF) en la que los materiales plásticos se funden y, por capas, conforman, lámina a lámina, el producto deseado.
Otro tipo es la impresión 3D por láser, con ejemplos como estereolitografía -SLA- y Selective Laser Sintering -SLS- en las que un láser incide sobre el material utilizado (que a su vez puede ser de diferentes tipos) para, capa a capa, ir solidificándolo y dándole forma al objeto.
Las aplicaciones están limitadas por la imaginación. Tener un dispositivo capaz de transformar en un objeto físico todo lo que informáticamente seamos capaces de modelar (o descargar de Internet modelado) permite, potencialmente, crear un mundo.
Un ejemplo de uso podría ser crear prótesis para partes del cuerpo que sean tal y como la persona necesita. Otro: Imaginemos que se rompe una pieza del coche, de un juguete, etc: si disponemos del plano en 3D, podríamos construirla en casa.
Existen impresoras 3D en desarrollo como Foodini (Natural Machines, de Barcelona) capaces de “crear” comida, usando diversos alimentos como materiales de impresión. Aquí un vídeo de un prototipo «imprimiendo» aunque también hay otros ejemplos generando bases de pizza, etc.:
Otras, de gran tamaño, se están usando para “imprimir” casas de cemento y hormigón en tiempo récord y a un coste muy bajo. ¿Quién no querría tener una vivienda de 200 m2 “generada” en menos de 24 horas por unos 3.600 €?
Otros equipos en desarrollo, como Makeuphacker, permiten crear maquillaje en casa del color deseado por algo más de 200 €. Son solo algunos ejemplos.
Como siempre, es posible hacer un mal uso de la tecnología. Los nuevos riesgos vienen de que alguien imprima, como de hecho ya hacen, pistolas de plástico, copias exactas de unas llaves de casa, etc.
Un proyecto que sigo desde hace tiempo es RepRap, que persigue la construcción de una eficiente impresora 3D capaz de autorreplicarse, es decir, de imprimir las piezas necesarias para montar otra como ella y de este manera, con impresoras 3D asequibles, poder dotar a los ciudadanos de la capacidad de generar los productos que necesitan en su vida diaria independientemente de sus recursos o de dónde viven. Vídeo de RepRap:
Tal y como ocurrió con el mundo de la música con el MP3 y en el del cine con el DivX, etc., veo bastante probable que con la impresión 3D pase algo parecido: si los fabricantes no toman medidas e innovan, es muy posible que acaben circulando por la red modelos de sus productos que generarán copias “piratas” de sillas de jardín, cubos y palas de playa o utensilios de cocina, por poner solo algunos ejemplos.
¿Sabrán estos adaptarse y vender, a un precio justo, los planos de las piezas, por ejemplo, para que los usuarios “imprimamos” sus productos en casa? ¿Sabrán ofrecernos servicios de impresión 3D personalizada? (Igual que ahora algunas empresas imprimen álbumes de fotos, pero con modelos 3D en máquinas profesionales). Amazon ya comienza a ofrecer ese servicio Amazon 3D Printer & 3D Printer filament.
Lo que veo es que ya están tardando en crear el “YouTube” de los modelos 3D, un enorme repositorio de planos.
Este tipo de dispositivos promete una nueva revolución tecnológica para todos y romper más patrones y modelos de negocio industriales. Quizá por el momento no seamos capaces de ver todo su potencial, como ocurrió con Internet y otras tecnologías, pero pueden cambiar radicalmente muchos aspectos y formas de comprar y consumir productos.
¿A quién no le gustaría descargar de Internet el plato ganador del concurso de cocina de turno e imprimirlo para la cena?
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