¿Qué reglas de oro de etiqueta se deberían respetar al usar el smartphone? La popularización de la telefonía móvil celular (y de los móviles y smartphones) supuso un cambio radical en el paradigma de la comunicación personal y empresarial. Poder hablar por teléfono en cualquier sitio y momento dejó de ser patrimonio exclusivo de unos pocos para llegar a todo el mundo.
Eso quiere decir, por otra parte, que cualquier conversación, reunión, evento, espectáculo, etc. corre el riesgo de ser interrumpida por el móvil, rompiendo la etiqueta en muchos casos.
Con la aparición de los teléfonos inteligentes la situación empeora, ya que la interrupción puede llegar en forma de notificación gratuita para el que la envía, además de llamada, vídeollamada o SMS.
Los continuos conflictos entre parejas, estudiantes y profesores, empleadores y empleados, padres e hijos, etc. se podrían solucionar si se siguiesen 7 reglas de oro de etiqueta muy sencillas, que no son más que normas muy básicas de cortesía y sentido común (e incluso pueden tener serios efectos en tu salud).
Parece increíble, pero hace poco más de 10 años que los smartphones llegaron a nuestras manos (recordémoslo, el iPhone aparece con muy escaso éxito en el 2007 aunque hoy lo veamos -y fuese- como un hito). Existen teléfonos inteligentes anteriores pero es a partir de entonces cuando comienzan a popularizarse y explotar la revolución móvil que dura hasta nuestros días.
Además de las llamadas de voz y los casi extintos SMS, vivimos rodeados de notificaciones de todo tipo: de WhatApp, LinkedIn, Facebook, Twitter, beBee, alarmas, recordatorios incluso geolocalizados, correos electrónicos, etc.
Resulta muy difícil, si no se han configurado correctamente estos avisos, poder estar concentrado en algo o con alguien durante el tiempo suficiente.
Con estas 7 reglas muy sencillas, se puede mejorar y mucho la convivencia y racionalizar el uso del smartphone. Hace tiempo que las he puesto en marcha y no puedo más que recomendarlas:
Si estás hablando con una persona, ésta te está dedicando algo muy valioso y que no podrá recuperar jamás: su tiempo.
Da igual que se trate de un amigo, un familiar, un compañero de trabajo, un cliente, proveedor, etc.: merecen toda tu atención.
Aunque ya lo hemos asumido por la etiqueta actual, no es muy correcto estar continuamente revisando el móvil, desviando la mirada a la pantalla o, incluso peor, contestando mientras la otra persona habla (salvo que sea una urgencia justificada, pero dudo mucho que todos estemos viviendo siempre tantas situaciones críticas).
Piensa que cada vez que dejas de hacer caso a la otra persona por el móvil, le estás diciendo que es más importante que ella.
Intenta decirle esto mismo en voz alta y verás cómo se te pasan las ganas de comprobar el móvil.
A veces tenemos la impresión de que poniendo el móvil en modo vibración y que no suene ya está todo solucionado. Eres la persona más cortés del mundo porque nadie se va a enterar (en una reunión, cine, teatro, etc.) de que te están llegando los mensajes y avisos. Falso.
Siento decirte que el brrrrrrrrr se oye igual, y puede ser algo molesto en muchas situaciones (y te distrae lo mismo).
El otro día leía (no localizo la fuente exacta) que hoy en día estamos tan condicionados por los móviles que estamos pendientes siempre de ellos. ¿A quién no le ha pasado que no suena pero creemos que sí?
Esa sensación de estar siempre alerta incluso algunos antropólogos la relacionan con nuestros orígenes, en los que cualquier ruido a nuestro alrededor podría ser una amenaza para la vida. ¿De verdad tanto miedo inconsciente tienes de ese aviso con el chiste del día por WhatsApp?
Si pasa algo realmente importante y urgente, te llamarán por teléfono.
Por tanto, el modo “no molestar” es el más adecuado para estos casos en los que se quiere dedicar la atención a algo.
En iPhone, además, si alguien llama en repetidas ocasiones (es una emergencia) la llamada entra.
Cómo se configura el modo no molestar en iPhone.
En móviles con Android, así se configura así el modo no molestar.
Ah, y el smartphone también fuera del área visible es decir, no a la vista.
Esto implica incluso atenuarles la iluminación de la pantalla cuando estás en lugares oscuros como cines, etc.
Ni a la derecha ni a la izquierda del plato. Los smartphones deberían estar fuera de la mesa de comer (sobre todo si no comes solo) o incluso en la de trabajo.
Denota que estás pendiente de recibir algo y que en cuanto llegue, dejarás de hacer caso a la persona o personas a tu alrededor (ver punto 1).
En una reunión profesional o cuando quedas con amigos, puedes medir lo productiva que es o lo bien que lo están pasando todos por el uso que le están dando a lo móviles.
Si todos están acariciando sus pantallas, algo no va bien.
Se puede entender que sea algo puntual para consultar un dato o, incluso, sea un momento en el que se hace una pausa para que todos respondan a los temas pendientes, pero si en todo momento todos tienen una mano sobre el móvil, se debería plantear si la reunión no es demasiado larga, no está siendo productiva o, en caso de amigos, hay algún problema.
Una buena práctica (en el ámbito de los amigos) es competir a ver quién es el que tarda más en sacar el móvil del bolsillo (o de una montaña hecha con ellos) y consultarlo. El que primero lo haga, invita a algo a los demás.
Quedan fuera de este caso por supuesto los encuentros de tuiteros, eventos, reuniones de “instagrammers”, etc. donde no solo es lícito no soltar el móvil, sino que además es lo que se espera.
Los móviles siempre fuera de la mesa… #CocidoDay pic.twitter.com/co1bbr5blg
— Christian D v Eitzen (@christiandve) 11 de marzo de 2017
Comprueba en los ajustes del smartphone todas las aplicaciones que envían notificaciones y, a lo largo de día, plantéate si de verdad te aportan tenerlas activadas todas.
¿Son tan importantes de verdad los avisos de cada correo electrónico recibido? ¿Y de cada mensaje del chat de grupo de WhatsApp? ¿Y de cada publicación de Facebook o “me gusta” de Instagram? ¿Corre tu vida peligro si no te enteras al segundo de lo que ha pasado? Seguro que no.
Revisa las notificaciones de cada aplicación y valora si tiene sentido que esté o no activada.
En el caso de WhatsApp, aquí puedes ver cómo personalizar las notificaciones de WhatsApp en iPhone y Android.
Cada vez estamos más acostumbrados a usar el móvil para todo, incluso como despertador.
Está bastante demostrado (aunque, como siempre hay estudios que dicen que no) que los tonos de las pantallas (en particular los colores azules) afectan negativamente al sueño y al correcto descanso debido a que las células en los ojos muy sensibles a los tonos azules y violeta segregan melatonina cuando creen que es de noche para ayudar a conciliar el sueño.
Las pantallas emiten esta luz y el cuerpo «se confunde», animándose cuando no debería estarlo.
Usar el móvil antes de dormir puede provocar que descanses peor.
Y eso nos pasa a todos, tanto a ti como a como quizá tus hijos o familiares que están conectados y mandan mensajes a las tantas de la mañana (y luego les cuesta concentrarse en los estudios y no rinden lo suficiente). Por cuestiones de productividad en el trabajo y en nuestros cometidos diarios, deberíamos tener un sueño reparador.
Una interesante publicación de Business insider sobre cómo la luz de los smartphone afecta a tu cuerpo va más allá, afirmando que no solo tiene repercusiones en el descanso sino también:
Es cierto que funciones como el “Night shift” disponible en el iPhone/iPad/Android (aparece deslizando el dedo desde la parte inferior a la superior de la pantalla) o apps equivalentes para Android, atenúan estos efectos de las pantallas azules, pero ni todos los smartphones lo tienen, ni es 100 % efectivo.
Una muy buena práctica es dejar el móvil fuera del dormitorio. Si quieres, no le quites el sonido. Si alguien te llama por la noche por una emergencia, lo oirás.
Tanto si crees que las radiaciones de los móviles afectan a la salud como si no (no hay consenso en los diferentes estudios) lo que sí está claro es que no son beneficiosas para tu cuerpo, así que mejor usar un despertador de pilas en la mesilla y, si quieres, el móvil fuera: así te obligarás a levantarte a buscarlo.
Hace no demasiado, se consideraba, por normas de cortesía, que no se debe llamar a un número de teléfono (fijo) más tarde de las 22-22:30 para no molestar el descanso (salvo urgencias, claro).
Todos, en mayor o menor grado, nos «asustamos» si suena el teléfono tarde por la noche.
Si bien con las llamadas de teléfono se suele respetar, no así con los mensajes.
No es lo mismo enviar un correo electrónico (que, no obstante, puede ser recibido o no con una notificación, así que mucha atención con los mailings programados – 12 consejos para que un newsletter no acabe en la basura) que mandar un mensaje de WhatsApp, Facebook, Twitter, LinkedIn, etc.
Se debería conocer muy bien al destinatario, tener confianza con él y saber que va a estar despierto (sobre todo si sabes que no hace caso a la recomendación número 5: dejar el móvil fuera del dormitorio).
Hay que ser consciente de que cada vez que mandes un mensaje instantáneo a uno o varios destinatarios, éstos (salvo que hayan puesto el Smartphone en modo de no molestar) recibirán un aviso (normalmente visual y sonoro).
Lo más recomendable es intentar mandar toda la información posible (recuerda que no suele haber límite práctico en los mensajes hoy en día) en un solo mensaje, para evitar que el móvil pite y pite sin parar.
Sé que la tentación de querer responder algo enseguida es muy fuerte, y por eso en las contestaciones se mandan poco a poco, pero es preferible en muchos casos (por ejemplo en grupos de WhatsApp) agrupar todo el texto y enviarlo en un solo mensaje, pero para eso hace falta un poco de paciencia.
De esta manera, se reduce al mínimo el número de notificaciones recibidas en beneficio de todos.
Por supuesto, no uses el smartphone mientras conduces o realices actividades peligrosas.
Estas son algunas normas básicas de cortesía y etiqueta a la hora de usar el smartphone.
Estoy totalmente de acuerdo con el post. Es una vergüenza que la gente ande como alelada con los móviles en la mano siempre y no te hagan caso cuando les hablas y esten siempre repitiendo qué me decías? Estamos en una generación de idiotas que solo saben contestar mensajes de whatsapp que además suelen ser estupideces. Me parece una falta de educación terrible pero eso es porque sus padres no les han puesto en el camino bueno. Tengo 55 años y he visto muchas cosas en mi vida pero algo como la generación de zombis que nos rodea nunca.
Recomiendo a todos la lectura y puesta en práctica del post con esta etiqueta básica. Añadiría apagar los móviles en clase.
Gracias y un abrazo.
Gracias por el testimonio, Carlos. Muy interesante punto de vista. Sí que es cierto que los móviles se deberían apagar en las clases.
Saludos.
Hola christian.
Me imprimo tus recomendaciones y mañana las cuelgo en el despacho. Extraordinario trabajar.
Tienes toda la razón con lo de las reuniones. También lo he comprobado en muchas ocasiones: cuando se alargan mucho la gente saca los móviles e incluso algunos se van a hablar o fingir que lo hacen.
Lo de hablar con alguien que no para de teclear en su móvil es ya tristemente habitual. Lo dicho: Bravo.
Muchas gracias, David.
Me alegra ver que también has apreciado esos matices en las reuniones. Evidentemente, dependiendo de quiénes estén (alta dirección, etc.) eso no pasa, lo que no quiere decir que porque no saquen los móviles no sea una reunión improductiva.
Saludos.
Podría parecer muy lógico esto, pero no es verdad, nos acostamos y levantamos con el móvil, el tema de mirarlo a cada instante, usarlo cuando nos hablan….
Yo me he ido quitando cosas que veía que no son normales, la época que lo usaba hasta en la «sopa», por suerte en la comida siempre lo he tenido fuera, ya de por sí en ocasiones la televisón no fluye el diálogo, para que encima estés con el móvil, otro gran falta de respeto como usarlo mientras hablan.
Y lo último que quiero hacer, y poco a poco voy consiguiendo es desactivar notificaciones cuando estoy en algo importante, o todos los días estar un poco tiempo, y vivo mejor.
Un abrazo y gracias.
Hola, Javi
Tú como siempre un paso por delante ;)
Ya me contarás tu experiencia con las notificaciones.
Saludos.
No te creas, me quedas camino, lo que sí recomiendo es de vez en cuando un período offline de móvil.
Leyendo el comentario de Carlos, de los zombies, cuando vas por la calle y ves a la gente andando escribiendo en su móvil, sin mirar al frente….
Los «mayores» tenemos que corregirnos, pero tenemos que enseñar a los «menores» a que no se vuelva hábito todo esto.
Por alusiones le indico que estoy totalmente de acuerdo. No sé dónde vive usted, pero en España hace tiempo había una campaña en la que decían «Si tú lees, ellos leen». No puedo estar más de acuerdo.
Me parece lógico pensar que si todos (me incluyo) vamos como tontos con el móvil, los jóvenes harán lo mismo o incluso peor; de ahí la imperiosa necesidad del ejemplo REAL.
Saludos.
Muy buena aportación, Carlos.
He corregido el enlace del vídeo porque no se veía.
Saludos.
En España Carlos, En un lugar de la Marcha jejeje
OJO, que a mí también me ha pasado ir por la calle como un pasmarote, vergüenza ajena me da ahora, o permitir que me hayan llamado la atencción por usar el móvil mientras me hablan, por suerte es historia.
Gran aporte Carlos :)
Hola, Javi.
Lo de un período sin móvil es más fácil de lo que parece. Eso sí, desconecta también tabletas, smartwatches, etc. Lo que más influyen son los temas laborales.
Acabo de ver que Carlos ha puesto un vídeo también muy acertado. Gran aportación la de «predicar con el ejemplo».
Saludos.
Exacto Christian, lo hacemos difícil nosotros, está claro que no entramos en el ambiente laborarl, profesional y demás, pero son normas de conducta las que comentas que son muy fáciles.
Seamos padres o no, tenemos esta responsabilidad, hablar sobre el uso responable del móvil, de RRSS y cia, y tenemos nosotros una educación, para luego enseñarla. Yo no tengo hijos (que sepa jajaja), pero tengo hijos de mis amigos, y siempre hablamos mucho sobre esto, sobre qué edad para que tenga móvil. Se pican y se pican, y hay que poner orden, dando igual lo que haga el resto.
He mezclado conceptos, pero va todo de la manos.
Un saludo a ambos :)
Buenas, como persona que no tiene móvil y de momento nunca lo ha tenido (no me gusta depende de un teléfono), quería aportar mi punto de vista sobre este tema. Estoy totalmente de acuerdo que la gente ha ido perdiendo algunas de las normas más básicas de educación con el uso del móvil, simplemente porque es algo que se ha generalizado y ya muchas personas no lo ven como tales faltas de educación.
Se han convertido en habituales cosas como las que habéis comentado, de estar hablando con alguien y que mientras hablas con él se pone a usar el móvil y de vez en cuando te suelta un «te escucho, ¡eh!» como para hacerte ver que a pesar de que está con el móvil, te está escuchando, cuando realmente lo que está haciendo es oírte, pero no te escucha. O estar comiendo con más gente y ver que la gran mayoría tiene el móvil encima de la mesa y está más pendiente del mismo que de el resto de personas con quienes está comiendo. Incluso me ha llegado a pasar quedar con personas a las que hacía algún tiempo que no veía y de 9-10 personas en la mesa, estar 7-8 de ellas con sus respectivos móviles en la mano enviando mensajes, viendo Facebook o lo que sea que hagan con ellos, y nadie hablando con nadie en la mesa.
En varias ocasiones he estado tentado de que cuando pasa esto, sacar un libro y ponerme a leer, y cuando me digan algo, decir «te escucho, ¡eh!», a ver cómo se quedan.
En fin, creo que hay una película que representa muy bien hacia lo que está derivando la sociedad en este sentido, y es Wall-E, la de dibujos de Pixar. Cuando la vi por primera vez, con todas las personas absortas en sus móviles/tabletas, me hacía gracia y lo veía como algo de ciencia ficción. Pero como siempre, la realidad supera a la ficción y creo que vamos hacia ese mismo destino a pasos acelerados.
Por lo demás, una cosa que he ido percibiendo estos últimos años, es que al no tener móvil, empiezo a verme excluido socialmente en no pocas ocasiones, de no contar con uno porque «como no tienes móvil, no te has enterado que habíamos quedado», como si eso fuera una excusa, ya que todos sabemos que ya no existe el teléfono fijo, el correo electrónico o incluso de viva voz, ya que esto me ha ocurrido en repetidas ocasiones con personas a las que veo a diario, pero como lo organizan por wasap o similares, y yo no tengo, pues quedo excluido directamente.
Pero bueno, supongo que todo tiende a centralizar la vida en torno al móvil (por otro lado, una forma estupenda para las empresas de tener controlados a sus clientes), cada vez más cosas requieren tener uno (incluso para hacer transferencias bancarias, a partir de cierta cantidad, ahora no puedo hacerlas si no tengo móvil) y algunas webs me he ido encontrando que para poder darme de alta en ellas como usuario, si no facilito un teléfono móvil, no puedo, y otras tiene pinta que tarde o temprano harán lo mismo.
En cierto modo me da lástima, porque creo que un teléfono móvil actual (que más bien ya son ordenadores de mano) puede ser una herramienta útil, pero de la que se hace un uso abusivo y se está convirtiendo en una solución que arrastra muchos otros problemas con ella que no tengo claro si compensan. Como siempre, cada uno deberá decidir por sí mismo si a él le compensa.
En cualquier caso, creo que la gente debería empezar a ser consciente de que cuando se está con alguna otra persona, el móvil debería quedar relegado al bolsillo en segundo plano, por simple educación y respecto hacia la persona con quien estás.
Saludos
Disculpad algunas faltas que he visto en mi comentario anterior :) :
«(no me gusta depende de un teléfono)» -> «(no me gusta depender de un teléfono)»
«por simple educación y respecto hacia la persona con quien estás» -> «por simple educación y respeto hacia la persona con quien estás»
Se entendía perfectamente ;-)
Hola, Scherzo
Muy interesante punto de vista como siempre. Sabía lo de que no tienes móvil y siempre me ha resultado fascinante y, sin duda, singular.
Coincido plenamente en que no tener WhatsApp te excluye de múltiples «oportunidades» o acontecimientos. Conozco a varias personas que se compraron un móvil con WhatsApp solo para no perderse ciertos eventos con amigos. Aunque intentaba que le mandasen SMSs o llamadas, nunca lo hacía nadie, por lo que al final no tuvo más remedio.
Sobre la educación, coincido plenamente. El boom inicial creo que ya ha pasado y la excusa de que es una novedad ya no vale. Es el momento de tomar un poco en serio el tema del respeto, de ahí mi iniciativa con este artículo.
Saludos y gracias por tu valioso testimonio.