¿Qué son las tecnologías disruptivas? Las tecnologías disruptivas son tecnologías que suponen una innovación disruptiva (es decir, que provoca cambio relevante) que altera de manera significativa la forma en la que operan consumidores, empresas o incluso industrias enteras, reemplazando tecnologías dominantes anteriormente existentes con prestaciones inferiores.
El término “tecnología disruptiva” (disruptive technology en inglés) fue presentado en 1995 por Joseph Bower y Clayton M. Christensen en el artículo “Disruptive Technologies: Catching the Wave” “Tecnologías disruptivas: atrapar la ola” (versión en español).
En esta publicación se plantea un interesante enfoque de por qué las empresas que escuchaban a sus clientes (como Xerox, IBM, etc.), al final se vieron perjudicadas por las mismas tecnologías que sus clientes los llevaron a ignorar y es que la innovación en un sector no suele provenir de empresas ya consolidadas del propio sector – El primer paso para innovar es cuestionarlo todo.
Los gerentes deben tener cuidado de ignorar las nuevas tecnologías que inicialmente no satisfacen las necesidades de sus clientes principales
Ejemplos recientes de tecnologías disruptivas podemos encontrarlos en los smartphones, el comercio electrónico o los sistemas GPS, por ejemplo, si bien en su momento el automóvil, la televisión o el suministro eléctrico también fueron tecnologías disruptivas.
No obstante, tal y como comenta el artículo, no es sencillo determinar si una tecnología nueva va a ser disruptiva y va a afectar al negocio, por lo que el artículo plantea una serie de recomendaciones:
Para decidir si una cierta tecnología va a ser disruptiva y si va a suponer una amenaza, suele ser interesante analizar los desacuerdos internos entre departamentos como el financiero o de marketing frente al técnico, con una capacidad mayor de vislumbrar nuevos mercados, por lo que una discordancia entre ellos puede ser indicador de una tecnología disruptiva que se deben analizar con mayor detalle por parte de dirección.
Es necesario definir la importancia estratégica de la tecnología disruptiva, las preguntas y los interlocutores: y cómo evaluarla, ya que con frecuencia y como ya se ha comentado, plantear a los clientes actuales un nuevo escenario con una nueva tecnología puede no aportar una visión completa de la misma, por lo que es clave por parte de dirección qué preguntas formular y a quién se les plantean.
Un gráfico simple que representa el rendimiento del producto tal como se define en los mercados principales en el eje vertical y el tiempo en el eje horizontal puede resultar de utilidad a dirección para identificar tanto las preguntas como a los interlocutores.
En primer lugar, hay que dibujar una línea que represente el nivel de rendimiento y la trayectoria de mejora del rendimiento que los clientes han disfrutado históricamente y que probablemente esperen en el futuro. A continuación, hay que localizar el nivel de rendimiento inicial estimado de la nueva tecnología. Si la tecnología es disruptiva, el punto estará muy por debajo del rendimiento exigido por los clientes actuales.
¿Cuál es la pendiente probable de mejora del rendimiento de la tecnología disruptiva en comparación con la pendiente de mejora del rendimiento exigida por los mercados existentes? Si los técnicos que conocen bien las novedades y la tecnología novedosa creen que la nueva tecnología podría progresar más rápido que la demanda del mercado para mejorar el rendimiento, entonces esa tecnología, que no satisface las necesidades de los clientes hoy en día, muy bien podría abordarlas mañana. La nueva tecnología, por lo tanto, es (potencialmente) estratégicamente crítica.
Se debe localizar el mercado inicial de la tecnología disruptiva. En el momento en el que dirección llega a la conclusión de que una cierta tecnología novedosa va a ser disruptiva y estratégica, se debe intentar localizar los mercados que, inicialmente, puedan aprovechas esta innovación y esta tarea no es sencilla, ya que una investigación de mercado no suele ser de utilidad porque, precisamente, puede que no exista el mercado ni a quién preguntar que lo pueda representar, sino que se deben “crear” o “inventar”.
Es recomendable que la responsabilidad de construir un negocio basado en la nueva tecnología disruptiva se ubique en una organización independiente (y mantenerla independiente) mediante la estrategia de crear pequeños equipos en proyectos de skunk-works para aislarlos de las características y procedimientos establecidos en la organización principal, de forma que puedan tener mayor libertad de movimientos y de toma de decisiones, de rorma que no se vean lastrados por cuestiones administrativas o burocráticas, tan presentes en muchas organizaciones.
Es más, plantea que incluso si los nuevo equipos “fallan”, que éstos puedan reaccionar de forma rápida a buscar otras soluciones tecnológicas.
En el libro “The Innovator’s Dilemma: When New Technologies Cause Great Firms to Fail“ (El dilema del innovador: cuando las nuevas tecnologías hacen que las grandes empresas fracasen – publicado inicialmente en 1997 y revisado posteriormente, siendo la última del año 2016), Clayton M. Christensen profundiza más en el concepto e introduce el concepto de la “innovación disruptiva” que continúa desarrollando en “The Innovator’s Solution: Creating and Sustaining Successful Growth” (La solución del innovador: crear y mantener un crecimiento exitoso).
En general, las tecnologías disruptivas pueden verse como tecnologías inicialmente de menores características (lower-end) en nuevos mercados no existentes. Por ejemplo, los sistemas GPS o la telefonía móvil frente a la fija, ya que en ambos casos estaban limitados a nichos de mercados muy concretos que fueron creciendo hasta su actual utilización generalizada.
Las innovaciones con tecnologías disruptivas, por tanto, al dirigirse a nichos de mercado o, incluso, nuevos mercados inexistentes hasta la fecha suelen ser menos rentables para las empresas ya existentes.
Solo cuando empieza a desarrollarse y mejorarse la tecnología en cuestión de forma progresiva, va aumentando su cuota de mercado, aumentando los márgenes y desplazando a otras ya existentes. Esto lo hemos podido comprobar recientemente con la popularización de los smart phones y su nuevo modelo de negocio y difusión masiva a partir de la aparición del iPhone en el año 2007. Los smartphones ya existían anteriormente, pero solo gracias a la incorporación de un conjunto de tecnologías, el resultado ha sido disruptivo, anulando prácticamente los sistemas de móviles anteriores, que permanecen de forma residual.
Otro ejemplo puede ser la fotografía o el vídeo digital, que, aunque inicialmente tenía mucha menos resolución que la convencional, permitió crear un nuevo modelo de negocio en el que, con menores costes de “revelado” de las fotos o vídeos, lo hizo asequible a un público generalizado incluso con menor poder adquisitivo.
Los conceptos de tecnología disruptiva y de tecnología exponencial son similares, ya que en ambos casos pueden llegar a provocar cambios sustanciales en modelos de negocios e industrias, pero las tecnologías exponenciales son aquellas que siguen una pauta de crecimiento exponencial, mientras que las tecnologías disruptivas son más genéricas, no teniendo que tener un patrón de crecimiento exponencial. Existen, por supuesto, las tecnologías exponenciales disruptivas como una combinación de las dos.
La tecnología disruptiva puede permitir grandes avances tecnológicos a partir de ideas ya testadas en la sociedad. Lo importante es estudiar las opciones, el mercado y probar lo que se va a lanzar.
Todo un clásico. Genial.
Que gran recomendación de libro para este tema de tecnologías disruptivas. Hoy más que nunca sigue siendo muy aplicable. La tecnología está cambiando demasiado rápido y tenemos que adaptarnos.
¡Gracias por compartir!
Gran artículo. Muchas gracias por compartir