Artículos en Aproin
Artículos publicados en la Revista Aproin www.aproin.com.
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No sé ustedes, pero yo me he sentido ofendido por la última campaña publicitaria de uno de los operadores de telefonía móvil estas navidades al verme ahí identificado. Por si no la recuerdan, les comento que presentan a un padre al que se le reprocha –su perro, su hijo,…- (e incluso agrede un supuesto rey mago con una barra de caramelo) no haber comprado uno de los “fantásticos” terminales 3G “a partir de” 9 euros. Como razones exponen que con ellos podrá hacer videollamadas, ver los goles de la jornada, vídeos de una cadena de música o la TV en el móvil, descargarse miles de juegos… Y digo yo ¿Y por qué se insulta a este pobre hombre, insinuando incluso que es incapaz de resolver el problema de matemáticas de su hijo de 7 años, simplemente porque no quiere comprar algo con unas funciones que le resultan perfectamente inútiles y por las que encima tendrá que pagar un ojo de la cara? –que nadie se crea que ver la TV en el móvil es gratis, y lo mismo vale para las demás servicios de descarga-. ¿Acaso se le divide a uno el coeficiente intelectual por dos si no se deja el sueldo en la factura de móvil?
Noviembre de 2005 es un mes que se presenta como revolucionario para la televisión en España. Cuando este artículo vea la luz, Canal+ habrá desaparecido de la parrilla de la televisión analógica y no se podrá ver más que vía satélite. En su lugar podremos ¿disfrutar? de Cuatro, su sustituto en abierto para el hueco que ha quedado en el mando a distancia. Como ya habrán podido comprobar, no tienen nada que ver el uno con el otro salvo alguna que otra serie y muchos presentadores, pero nada de películas de estreno o el fútbol (para quien le guste). Hay otra licencia para emisión de TV analógica en abierto.
El correo electrónico, comentado tantas veces en esta columna, ha cambiado definitivamente nuestra forma de comunicarnos, tanto a nivel personal como profesional y, en algunos casos, los resultados han sido peores de lo esperado, no por la tecnología sino por el contenido.
Como en todo tipo de comunicado tanto personal como sobre todo profesional, hay una serie de normas a la hora de enviar mensajes por email que son tan importantes como las que deben regir una llamada a un cliente o una visita personal, por ejemplo.
En esta columna me hago eco de la última amenaza (a día de hoy, mañana habrá otra) para nuestra seguridad (y la de nuestros bolsillos en este caso) que circula por Internet. En los últimos meses cada vez tiene más difusión el fenómeno conocido como “phishing” (o “pescando”), que consiste en suplantar páginas web legítimas con otras que se les parecen mucho con el único fin de captar información sensible de los internautas.
Haciendo un poco de historia, en 1969 (también el año de nacimiento de Internet, ¿casualidad?) en los laboratorios dela empresa AT&T (de EE.UU. como casi siempre) se desarrolló el sistema operativo UNIX, orientado a grandes (y carísimos) ordenadores que pertenecían a multinacionales y gobiernos. Recordemos que el “ordenador personal” tal y como lo conocemos (es decir, que cabe en una habitación, se puede pagar sin tener que hipotecar la casa y no necesita una central eléctrica para él solo para ser alimentado) no nació hasta principios de los 80.