¿Quién podría pensar hace apenas 4 años (una eternidad en lo que a innovación tecnológica se refiere) que hoy los operadores de telecomunicaciones incluirían en el precio de sus conexiones a Internet llamadas a fijos con una tarifa plana? Pues sí, es cierto. Hoy podemos hablar el tiempo que nos apetezca con nuestro primo de Mérida o nuestra novia de Zaragoza sin que por ello engorde la factura telefónica. Progresivamente incluyen también ofertas de llamadas a móviles y sólo el futuro dirá cómo termina esta guerra de precios y servicios.
A día de hoy los contenidos de Internet, al igual que los de la TV, son audiovisuales. Hasta que inventen (y popularicen) algo para que seamos capaces de transmitir olores, sabores u otras sensaciones podemos concluir que lo único que pueden aportarnos las más de doce mil millones de páginas web es exclusivamente información.
Hasta hace no demasiado tiempo creía que muchas cosas eran así y punto, sin pensar que pudiese haber otras interpretaciones o visiones. Ejemplo de ello (sin entrar en discusiones sobre el libro) es el “Código da Vinci”. Es muy posible que todo lo relatado sea ficción y carezca de base histórica (o no). Para el ejemplo no es muy relevante, sí lo es, por el contrario, el hecho de que plantea una interpretación alternativa de algo que se daba por cierto, incuestionable e inamovible en nuestra sociedad “porque sí”. Abre, por consiguiente, la puerta a nuevas hipótesis, creencias (y no hablo ahora de religión), alternativas y posibilidades, como cuando abrimos una nueva puerta, hasta entonces tapiada, y tenemos otra posible salida.
Casi al mismo tiempo que esta revista, Windows Vista verá la luz el día 30 de enero para el público y empezará a comercializarse.
¿Qué es Windows Vista? Es el sucesor de Windows XP, el sistema operativo de PCs más extendido (es decir, el programa con el que interaccionamos con el ordenador y sobre el que ejecutamos nuestros juegos favoritos, procesadores de textos, navegadores de Internet y un cada vez más largo etcétera). Tras el trabajo de 25.000 desarrolladores, 20.000 millones de $ en I+D y 5 largos años (el mayor período de Microsoft sin sacar una nueva versión de su popular Windows), aparece Vista.
En el artículo anterior definimos el spam como correo electrónico no solicitado ni deseado que llega a nuestros buzones electrónicos para intentar convencernos de algo que nosotros en principio no deseamos (que compremos un producto, que introduzcamos nuestros datos personales, etc.) y decíamos que para los “spammers” o generadores de este correo basura se trata de un negocio muy lucrativo.
Todos los que usamos regularmente el correo electrónico (yo personalmente ya no puedo estar sin él –como rezaba un anuncio de un estropajo en TV-) y lo “prodigamos” por ahí estamos avocados a sufrir el fenómeno conocido como SPAM y que consiste, básicamente, en la recepción de correo no solicitado ni deseado normalmente con fines comerciales (si bien tiene variantes como el phishing por ejemplo, ya comentado en esta columna y que persigue obtener datos confidenciales mediante el engaño).