Vivimos en una sociedad cada vez más hiperconectada en la que, gracias a la tecnología, podemos hacer más y más cosas en cualquier lugar pero, curiosamente, tenemos menos tiempo para hacerlas. “No tengo tiempo” parece haberse convertido en un mantra para muchas personas.
Estamos rodeados de dispositivos que continuamente están haciendo ruiditos por las incesantes notificaciones de WhatsApp, correos electrónicos, avisos de redes sociales y otras aplicaciones. Queremos estar informados de todo y saber qué ocurre inmediatamente y también responder tan rápido como sea posible, casi como si participásemos en un concurso.
Tenemos la sensación de que, sobre todo pensando en el ámbito laboral, responder rápido demuestra dedicación, seriedad, fiabilidad y, en general, que somos buenos profesionales. En parte es cierto (no voy a negar que tener una respuesta a una consulta que envío en un breve plazo me gusta) pero, por otra parte, poco a poco empezamos, incluso inconscientemente, a exigir esa rapidez en las contestaciones y ya no las vemos como algo bueno sino algo normal y, la no-inmediatez como algo malo.
Una factura es un documento que acredita de una adquisición de un producto o servicio. Una factura electrónica es el equivalente informático de este justificante.
Aunque hace ya mucho tiempo que, gracias a los avances tecnológicos, es posible técnicamente generar e intercambiar facturas en este formato, han sido necesarias ciertas adaptaciones normativas para que tuvieran validez legal.
Tales han sido los avances que el pasado 15 de enero esta manera de facturar se ha impuesto como, en teoría, obligatoria para las operaciones con la Administración pública en España.
Para que una factura electrónica sea válida es fundamental que el receptor la acepte, dando su consentimiento.
Las facturas, independientemente de su formato y según la reglamentación actual, deben poder ser leídas por el destinatario, se debe garantizar su autenticidad (es decir, poder comprobar que su emisor es realmente quien dice ser) y la integridad de sus contenidos (en otras palabras, que no ha sido modificada indebidamente). En el caso de la versión electrónica, estos requisitos se pueden cumplir mediante las firmas electrónicas y otros certificados.
Facebook, igual que cualquier servicio por ejemplo Twitter, Instagram o WhatsApp estos dos últimos propiedad de Facebook, por cierto), tiene unas reglas y normas de comunidad que, en caso de no ser respetadas, pueden provocar que aparezca el fatídico mensaje de “Cuenta deshabilitada” en nuestro perfil.
Si al intentar iniciar sesión en Facebook aparece el mensaje:
“Cuenta deshabilitada: Tu cuenta ha sido deshabilitada. Si tienes alguna pregunta o duda, puedes visitar nuestra página de preguntas frecuentes aquí”
Puede ser debido a que:
En determinadas ocasiones puede resultar interesante detectar cualquier cambio de contenidos o textos que pueda tener lugar en una web o blog, tanto propio como de la competencia o de un tercero (por ejemplo, supongamos que estamos pendientes de que cambie un precio de un cierto producto que nos interesa).
La opción más obvia es visitar regularmente los distintos contenidos pero es poco práctica.
Afortunadamente, hay herramientas gratis en Internet que facilitan esta labor, funcionan muy bien y proporcionan información muy completa.
Es muy recomendable conocer cómo utilizan los usuarios de Twitter esta popular plataforma de comunicación y, en particular, cómo se relacionan con las marcas.
En este artículo recojo algunos datos estadísticos de varias fuentes que, tras su análisis, pueden servir para orientar la estrategia en Twitter y tomar las decisiones operativas adecuadas.
Con el paso del tiempo, y salvo que borremos las conversaciones de vez en cuando, la cantidad de chats que se pueden llegar a acumular en WhatsApp es muy grande, lo que dificulta cada vez más encontrar un cierto texto. Lo mismo pasa con los contactos: conforme pasa el tiempo, tenemos más y más.
¿Sabías que se puede buscar un texto concreto dentro de las conversaciones de WhatsApp? Lo descubrí por casualidad hace unos días. También es posible, aunque mucho más conocida, la opción de buscar un contacto. En este artículo se explican cómo hacer ambas cosas en iPhone y Android.