Para mí, uno de los grandes misterios de la tecnología actual es cuál es la mejor manera de tratar una batería, esto es, cómo se puede hacer para que su vida útil (sin una reducción drástica de su duración) sea lo más larga posible.
Según a quién se le pregunte o dónde se consulte se obtienen respuestas radicalmente diferentes. Mi primer portátil me lo trajo Papá Noel en 1999 y desde entonces me ha preocupado este tema, más incluso hoy en día pues además del portátil tenemos móviles, cámaras de fotos, de vídeo, tabletas, MP3/MP4, ebooks, etc. Es decir, cada vez dependemos más de unas baterías que no sabemos muy bien cómo cuidar.
En estos años he tenido contacto con cientos de portátiles (no míos, obviamente) y este hecho (junto con las experiencias oídas) solo ha contribuido a reforzar mi «teoría» de uso.
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