Un PC con Windows tarda “bastante” en arrancar (aunque con Windows 8 y 8.1 ha mejorado muchísimo). Además, una vez iniciado, hay que abrir de nuevo los programas que solemos utilizar. En mi caso suelen ser varios, entre ellos el navegador, cliente de correo, blocs de notas, ciertos documentos de uso frecuente, programa de edición de imágenes, etc.
Hace años me daba mucha “pereza” apagar el ordenador ya que, además del tiempo de arranque al encenderlo, tenía que volver a dejarlo todo a mi gusto. Por eso desde que descubrí la opción de hibernar, la utilizo siempre.