A pesar de que este no es un blog dedicado a la lengua (ni mucho menos), sí que me ha parecido una idea práctica hacer una recopilación de diez reglas más o menos conocidas que permiten evitar algunos gazapos que todos cometemos a veces y suelen verse con frecuencia en publicaciones en redes sociales, entradas de blogs y textos en general según mi punto de vista y experiencia. No está basada en ningún estudio o estadística, sino (todo junto) que son los que (a mí) me parecen más populares.
Solamente prestando un poco de atención se pueden evitar fácilmente para conseguir escribir lo mejor posible. Sobre la importancia de hacerlo elaboré este post: «La importancia de escribir correctamente, incluso en redes sociales«.
Para evitar algunos pequeños errores frecuentes a la hora de escribir debemos recordar que:
En muchas ocasiones, por no decir siempre (y más todavía en el mundo de la tecnología), aparecen nuevos conceptos, palabras y verbos que no tienen un equivalente directo en español. La consecuencia inmediata es que durante un tiempo se utiliza la forma idéntica a la del idioma original y, como no hay una norma reconocida, empiezan a aparecer variaciones.
En el momento en el que la Real Academia de la Lengua (RAE) incorpora alguna de las versiones al diccionario, ésta se convierte en la oficial y la que se debe utilizar, pasando a ser las demás alternativas, normalmente, formas incorrectas. En este proceso están palabras como wasapear o tuitear.
La semana pasada recibí una carta por correo (postal) con información sobre un producto que me interesaba. La presentación del documento era muy buena, con imágenes en color, buen papel y presentación atractiva, si bien la media del conjunto bajó en picado por una sola palabra: en el centro de la carta de presentación había una falta de ortografía bastante llamativa (léase gorda). Dudo que fuera intencionada. De hecho tuve que releer la frase un par de veces esperando, en vano, poder encontrar otro sentido a la frase que justificase lo que leía. Nada. No sé si lo compraré o no, pero desde luego la impresión final que me ha quedado no es buena. Mentalmente asumo que ese nivel de descuido aplicado en la carta puede ser similar al que usan para fabricar su producto.