Al hacer una fotografía hoy en día con una cámara con GPS o con un Smartphone, estamos permitiendo que se almacenen una serie de metadatos no visibles como la fecha, hora y lugar (coordenadas de longitud, latitud y altura sobre el nivel del mar) de la captura, modelo de cámara utilizado (o de smartphone, incluyendo versión del sistema operativo), parámetros fotográficos, etc. tal y como describí en el artículo «Cuidado con la información oculta sobre nosotros en las fotos que publicamos«.
Antes de compartir una fotografía con datos que no se desean divulgar, conviene borrarlos con alguna de las herramientas descritas en el post. No obstante, las principales redes sociales eliminan de manera automática ciertas informaciones al publicar las imágenes. ¿Realmente las borran? ¿Qué redes exactamente? Es lo que describiré a continuación para los siguientes medios sociales: Facebook, Twitter, Google+, LinkedIn, Instagram, Flickr, Pinterest, Tuenti y Foursquare.
En Internet hay tanta información que la única manera que hay localizar lo que se desea encontrar (si no se sabe dónde está) es empleando buscadores (en el caso de una imagen se puede intentar encontrar también buscando no con palabras clave sino con un fichero).
A pesar de las continuas mejoras en los algoritmos de búsqueda, no siempre los primeros resultados son los que necesitamos. Eso implica tener que visitar más de una página web y el proceso requiere su tiempo. Hay pocas cosas más frustrantes que creer encontrar la información deseada y que la página dé un error por una u otra razón.
Hoy en día no es extraño iniciar sesión con una cuenta de Google en equipos de otras personas (amigos o familiares), en una biblioteca, en el centro de estudios, etc. para comprobar el correo en Gmail, acceder a Google+, revisar el blog basado en Blogger, etc. Desde el punto de vista de seguridad no es lo más recomendable ya que en ese ordenador “desconocido” puede, en el peor de los casos, tener virus o programas que espíen las pulsaciones de teclado, comprometiendo el usuario y la clave.
Sin llegar a casos tan extremos, el problema surge cuando antes de irnos, por despiste, no se le da a “Cerrar sesión” como se debería hacer. Cualquier persona que utilice ese ordenador podrá acceder a los servicios de Google de los que dispongamos, poniendo en riesgo los datos privados que podamos tener.
Las empresas y organizaciones son cada vez más conscientes no solo de la importancia de tener una web corporativa diseñada para su público objetivo, sino de que ésta esté bien posicionada en los buscadores en general y en Google en particular (en España es el más utilizado con diferencia).
No es suficiente con tener una página repleta de servicios e informaciones. Los potenciales clientes deben poder encontrarla fácilmente en Internet y para ello es necesario aparecer en la primera página de resultados de los motores de búsqueda (idealmente entre los tres primeros y lo mejor, es, por supuesto, estar en el primer puesto).
El otro día viendo un documental sobre la llegada del hombre a la Luna en el año 1969 pensé lo diferente que habría sido su difusión si hubiesen existido las redes sociales e Internet (no voy a entrar en la discusión de si tuvo lugar realmente o no, supongamos que sí).
La gente, en su momento, contempló casi petrificada, inmóvil, el televisor (los afortunados que lo tenían) para luego comentarlo con amigos, familiares o compañeros de trabajo.
Hoy sin duda todo eso, gracias a las redes sociales y las nuevas tecnologías, cambiaría un poco. Aquí planteo algunos posibles escenarios que se podrían dar en este universo paralelo imaginario.
Gmail (de Google) es, a día de hoy y desde finales del año pasado, el servicio de correo electrónico más utilizado del mundo. Muchas personas lo emplean diariamente como cuenta de email y la expansión de Android también ha disparado su uso.
Ayer estaba dando una nueva alta y me encontré con lo que parecía un «fallo» pero buscando en los foros de soporte de Gmail al parecer es un tema ya conocido y puede tener interesantes aplicaciones.