Si nos paramos a pensar tan solo unos segundos en cómo ha cambiado nuestra forma de poder comunicarnos en los últimos años (y me refiero a tan solo tres o cuatro) no solo con las demás personas sino también con los aparatos electrónicos, estoy seguro de que más de uno se va a sorprender.
¿Hemos tocado techo? En absoluto. Me atrevería a decir que no estamos más que en los albores de la prehistoria digital y que queda mucho camino por delante. En este artículo planteo algunas tendencias que, casi seguro, tendremos muy pronto entre nosotros como algo más que habitual y lo que creo que será el mayor cambio.