Es posible que los servicios de inteligencia nos vigilen, no lo descarto, pero me refiero con este título a los programas de ordenador espía o “spyware”. Si en números pasados hablábamos de virus y gusanos, aquí tenemos también un tipo de programas que no habría sido ningún drama si su inventor se hubiera quedado dormido el día que se le ocurrió la feliz idea.