Uno de los instintos más básicos es el de tocar: cuando no sabemos qué es un cierto objeto, además de observarlo suele ayudar tocarlo, analizar su textura, su forma,… Los niños de pequeños tienen la tendencia natural de tocar las cosas para averiguar lo que son. Es algo innato. Estamos acostumbrados a usar las manos para dar y recibir información (de objetos o personas, como por ejemplo una caricia de un familiar o de la pareja como síntoma de cariño, o una bofetada –a evitar- como muestra de enfado), etc.