A medida que se van manteniendo más y más chats de WhatsApp con diferentes personas, la lista de conversaciones tiende a ser muy larga.
Una opción segura es borrar las conversaciones periódicamente (después de haberlas enviado por correo electrónico o no), sobre todo para evitar que alguien que no deba leerlas, lo haga. Si preferimos conservarlas (a pesar de lo mucho que ocupan en la memoria del smarpthone o tableta con Android) pero nos «molestan», una buena alternativa es archivarlas que, como su nombre indica, las «esconde» del listado genera sin llegar a eliminarlas, pudiéndolas consultar y recuperar cuando queramos. ¿Y qué pasa si nos vuelven a escribir?
En muchas ocasiones, por no decir siempre (y más todavía en el mundo de la tecnología), aparecen nuevos conceptos, palabras y verbos que no tienen un equivalente directo en español. La consecuencia inmediata es que durante un tiempo se utiliza la forma idéntica a la del idioma original y, como no hay una norma reconocida, empiezan a aparecer variaciones.
En el momento en el que la Real Academia de la Lengua (RAE) incorpora alguna de las versiones al diccionario, ésta se convierte en la oficial y la que se debe utilizar, pasando a ser las demás alternativas, normalmente, formas incorrectas. En este proceso están palabras como wasapear o tuitear.