Apenas reparamos en ellos pero ahí están: los códigos de barras, presentes en casi todos los productos, nos hacen la vida un poco más fácil (haciendo por ejemplo que al adquirir un artículo éste sea localizado de manera rápida, precisa y unívoca). Este código almacena la información basándose en la representación de un conjunto de líneas paralelas verticales de distinto ancho y espaciado según los datos a codificar.
Como todo evoluciona, ya se están popularizando otros códigos para representar la información. Uno de ellos es el código QR (Quick Response Code o código de respuesta rápida) que es de forma cuadrada (ver imagen) y almacena la información en una matriz de puntos o dicho de otra manera, es como un código de barras bidimensional. Fue inventado por la empresa japonesa Denso-Wave para el control de sus líneas de producción.
Dicen los gurús de Internet que, a pesar de sus 20 años recién cumplidos de existencia, solo disfrutamos de la punta del iceberg de los servicios que puede ofrecer. Uno de los conceptos que más empiezan a sonar es el “Cloud computing” u ordenadores en la nube y en los próximos años será una realidad usada por todos.
Este concepto va estrechamente ligado al de “Software como servicio” (es decir, programas que se venden como servicio frente a productos “empaquetados” como lo son ahora). Estos servicios se ofrecen a través de Internet y se entienden mucho mejor con un ejemplo:
Una de las estrellas indiscutibles de las pasadas pero aún recientes navidades para todos los amantes de los regalos tecnológicos han sido los ultraportátiles o minipcs. Todos nos hemos sorprendido viendo cómo algún amigo, familiar, pareja o vecino se ha comprado uno (o se lo ha traído Papá Noel o los Reyes Magos, según tradición). Hace apenas unos meses casi nadie sabía lo que eran y hoy están en por todas partes. Incluso los operadores de telefonía los ofrecen como complemento a sus tarifas de conexión a internet móvil y esta tendencia se reforzará aún más a lo largo del recién estrenado 2009.
Para los pocos que no lo recuerden, KITT era “el coche fantástico”, el automóvil protagonista de una serie de TV de los años 80 a prueba de balas, que podía conducir solo y hablar y estaba dotado de una extraordinaria inteligencia artificial (que incluía sentido del humor). Era el bólido que a todos nos gustaría tener en el garaje (o mejor aún: que querríamos dejar en la calle para que él solito se buscase un sitio para aparcar).
Uno de los instintos más básicos es el de tocar: cuando no sabemos qué es un cierto objeto, además de observarlo suele ayudar tocarlo, analizar su textura, su forma,… Los niños de pequeños tienen la tendencia natural de tocar las cosas para averiguar lo que son. Es algo innato. Estamos acostumbrados a usar las manos para dar y recibir información (de objetos o personas, como por ejemplo una caricia de un familiar o de la pareja como síntoma de cariño, o una bofetada –a evitar- como muestra de enfado), etc.
En la nueva era digital, una serie de nuevos dispositivos están desplazando aparatos que estaban ahí “desde siempre”: la máquina de escribir fue sustituida por el ordenador, los discman por los MP3, las cámaras de fotos por las cámaras digitales, los videocasetes por los DVDs,… y ahora parece llegarle el turno a los libros. ¿Será su fin tal y como los conocemos hoy en día?